martes, 10 de abril de 2012

El árbol no enterrará jamás sus hojas

El árbol no enterrará jamás sus hojas.
El perro no cagará donde antes ha comido.
Mi sombra sin embargo seguirá parada frente a mí
acostumbrándose a estos desechos.


No encuentra la abertura ni el anzuelo;
este pez no puede morir por su propia boca.
Los frutos se podrirán al filo de los labios
y probaré al fin la suerte del destierro.

miércoles, 8 de febrero de 2012

8/2/12


Es que me vuelvo vieja

y tengo que oír que las bocas se apagan



se ahogan los gritos melódicos

se callan



prende el tocadiscos

quiero cantar la voz de la caverna

verter la savia de su poesía

sábado, 16 de julio de 2011

Al mar


La barca está esperando,

las monedas estuvieron siempre en mis dedos.

Pongo dos sobre mis ojos,

suelto los remos


Ya no quiero verme más solo en el espejo.

Quiero verte a ti

certeza,

tenerte las manos y romperlas.


Debes creer que esto es inútil;

el látido es mío solo al perder el aire,

me pongo el nombre con el último aliento.


Decido no tener memoria,

para olvidar tendría que saber de tu perfume.

martes, 31 de mayo de 2011

Where I end you begin (The sky is falling in)



Al final las predicciones resultaron ciertas. El pastor, que salía en la televisión, tuvo razón. Llegó el día en el que pagan pecadores y justos se esfuman. Semanas antes escuché algunos de sus mensajes aunque sin darles mucho crédito. Siempre creí que hablar de la desaparición de la humanidad como el fin del mundo era una gran arrogancia.

Hoy en la mañana, después de una juerga en la casa de Pamela, me levanté agotado y, todavía con ciertos sabores agridulces, me serví un gran vaso de jugo de naranja. Mientras mi madre y mi hermana desayunaban, reparé en el calendario. El día había llegado. Sonreí pensando en lo ridículas que resultan las predicciones. Preparé un café bien negro. Me senté a escuchar la conversación que las mujeres tenían. Bajé la cabeza para mezclar el azúcar y al levantarla un destello me cegó y escuché con claridad la armonía de trompetas y arpas. Sin saber de donde procedía semejante sonido fijé la mirada en mi madre buscando una respuesta. Mientras alzaba sus hombros en ademán de no saber qué pasaba, su cuerpo se desvaneció poco a poco y terminó de desaparecer con un sonido seco. Mi hermana sufrió el mismo proceso aunque, al sostener un vaso de jugo en la mano en ese instante, el ruido del cristal al estrellarse con el suelo hizo que su desaparición fuese más dramática.

Recordé en seguida, que el predicador decía que las almas puras se irían a un lugar mejor mientras los impuros se quedarían a sufrir las peores ruinas. La armonía ha terminado. Bajo un cielo muy rojo espero desaparecer.

domingo, 27 de febrero de 2011

great stars far away from me


Quiero hacer una lista de aquellos hombres que admiro, de esos que no tengo cerca (los que están aquí en mi vida los cuido y disfruto) con el único fin que tiene este "blogcito" que nadie lee: acordarme, hacer memoria, recordar, tener en cuenta y cuantos más sinónimos quiera ud. poner. Como todas las listas de este blog, y siguiendo con su cometido, seguirán aumentando conforme a la experiencia.

Existen unos hombres que he visto y/o/u oído que me han llegado mucho, aquellos por los que dices: ¡uy si les conociera! Que me gustan y que admiro un montón. Piensen que este espacio podría ser la pared blanca de una quinceañera, que casi duplica esa edad, digamos entonces de una "doble" quinceañera que ve a estos hombres impresos en papeles de formatos grandes y que los pega detrás de la puerta y de las paredes y que, cada vez que cierra la puerta y se pone a ver la blancura de los muros, suspira con ellos. Ahí va pues mi lista, que no es un top ten ni nada parecido porque, como siempre, no puedo jerarquizarlos o más bien no quiero.

- Steve Buscemi


(ya me encantaba desde las pelis de los Cohen, donde nunca lo dejan vivo, pero cuando vi Ghost World me mató, ahí estaba con su voz neurótica y coleccionando vinilos, inolvidable. Hace pocas semanas lo vi ganando un premio y me alegré tanto por su alegría.)




- Keith Richards



(ay el guitarrista con anillos en los dedos. Mi primer flechazo fue oírle cantar y verle tocar -¡mierda en YouTube y no en vivo!- Thru and thru. Cuánta nostalgia, cuánta actitud hay en ese hombre. Ahora que tengo la suerte de leer su libro de memorias "Vida" me conecto más: un tipo que se enfrentó a la autoridad desde pequeño y que la ha visto de todos los colores. Pasión absoluta por la guitarra y por la música. Para él, la grabación es "lo mejor que le ha pasado a la humanidad desde la aparición de la escritura" y es verdad, porque poder escuchar la música que te gusta cuando quieres, tener acceso a ella y ahora llevarla contigo es sin duda uno de los mayores descubrimientos.




- el gran David Bowie



(cuando lo vi cantar en un concierto (mierda en You Tube y no en vivo) "Life on mars" -uno de mis temas favoritos- con un traje oscuro cuyo pantalón tenía las bastas muy cortitas y se le veía la piel de sus tobillos y maquillado a modo de estar muy golpeado, con el ojo morado y todo, pensé que ese hombre, con esa voz y tanto estilo podía ser lo que él quisiera. Así fue siempre: desde Ziggy Stardust, Nikola Tesla en una película de Nolan y de juez en un duelo en Zoolander. Excelente forma de dar vida a los años y de que su paso se note en una trayectoria cada vez mejor, al fin y al cabo, de envejecer, como los vinos).




- Philip Seymour Hoffman





(increíble actor que me mató en Happiness, Sinécdoque New York, Big Lebowski, Almost Famous y más filmes. Además, su interpretación del gran Truman Capote, la voz diminuta que tenía que poner y sus ademanes de diva me conquistaron (hablando de divas debo mencionar a mi perro Cafú -que por no ser humano y para evitar falsas acusaciones de zoofilia tendrá que estar supeditado a un paréntesis de otro paréntesis- tiene mi corazón totalmente, es un salchicha café gordísimo y seguro si fuese una persona sería Truman Capote, hablaría como él y comería compotas Gerber con whisky, de eso no dudo ni un segundo. Larga vida a Cafú a quien amo con el alma).




(Cafú en actitud Capote)




- Mijaíl Baryshnikov



(Este señor me deja con la boca abierta, verlo bailar en sus primeros años las obras clásicas por ejemplo una variación en el segundo acto de Giselle te hace pensar que la la ley más cierta en este mundo, la gravedad, puede ser violada o, por lo menos, puesta en entredicho. Un hombre que además de bailar e interpretar los personajes de las obras clásicas necesitó hacer más y buscó dar vida a sus propios demonios y ángeles. Al verlo, en video, con más años bailando con Ana Laguna Three solos & a duet ratifico mi interés por este gran gran bailarín.)


miércoles, 16 de febrero de 2011

Marina

Una luna grande entre los edificios
luz que gusta, luz que vibra
el viento se lleva las ideas, las enfría

todo lo bueno está lejos


martes, 1 de febrero de 2011

De mis pasos


Cuando fijé la mirada en mi talón

me dí cuenta de los pasos que había dado.

Toqué esa corteza dura, amarillenta,

a punto de borrarse

y se me reveló la verdad del peso del tiempo:

que todos los caminos recorridos

son insuficientes y que habían borrado

y aplanado mis surcos.


Todo el peso de mi cuerpo y del tiempo que pasa sobre él

se apoya en estos dos soportes.

Mi juventud que los hacía ver rosados y suaves ya no estaba.

Ahora la superficie es áspera y no provoca caricias.

Al contrario de las marcas de los árboles

mis talones van borrando las líneas de la piel.


Cada año recorrido crea manchas y ampollas

y va desgastando la carne.

Soy un árbol creciendo de reversa

Con una boca cada vez más cursi.

jueves, 27 de enero de 2011

Wannabe


Entró al café de elocuente olor a grano molido y la buscó con la mirada. Esquivó su débil cuerpo de las sillas de mimbre y se abrió paso por un callejón en el que veía colgar grandes cuadros. Reconocía las firmas al pasar y creía estar en un panteón de famosos pintores modernistas. Allí estaba ella, sentada, frágil. Parecía no existir. Si no hubiese visto moverse, cada cierto tiempo, el satín que cubría su pecho habría pensado que era un espectro. Pidió al camarero un vaso de Oporto mientras sacaba de su chaqueta de cuero negro un pequeño lápiz. Le provocaba garabatear en las servilletas. Sus cuerpos estaban separados por la distancia que crearía entre ellos un caballo blanco de paso. Él olía a la amazona, conocía esa fragancia que había inspirado a tantos. Era el mismo Chanel que usaba su madre. Se acercó a ella y le dijo… y le dijo… Se precipitó a ella y musitó en su oído…
¿Qué le dijo? ¿Qué cara tiene esta mujer? Se esfuma la silla, el caballo y los cuadros, la mujer de cara nublada se despide y su olor se va mezclando con el que sale de una olla de caldo hirviendo.
Ahí estoy yo, con mi servilleta y mi lápiz. Pido otra cerveza y espero mi plato. Intento volver al ambiente del cuento, pero la música es fuerte y conozco la letra. Todo sería más fácil si mi madre hubiera usado el perfume. ¿A qué huele el Chanel? Si conociera el rumor del viento que mueve las uvas portuguesas sabría de su dulzura. Dejo a un lado el lápiz para sorber la sopa caliente de la cuchara y me quemo. ¿Serán las canas de la cocinera igual a la crin del caballo? La dueña del lugar me ofrece otro plato, conoce mi nombre. Si solo su delantal fuera de satín yo podría ver sus pechos y oír la forma en que la tela toca su piel. No la de la señora, la de la amazona. Pido otra cerveza y muevo el vaso con gesto aristócrata y me río. A carcajadas.


lunes, 27 de diciembre de 2010

1 (mea culpa)


A mí no me enseñaron de belleza

luces sin mirar el reflejo

son vidrios que deshojas

a mi paso


Yo no recogeré las gotas que se caen

del osario

porque yo no junto las palmas

esparcida el agua entre la carne


Yo no tengo las respuestas

la lengua es nada

en una boca sin dicha

claustro sin búsqueda.

2 (mea culpa)


Espero

Como todos

Haciendo una columna

Infinita


Mis brazos alargo en un lugar que no existe


Intentos

Luchas

Tendones estirados

Carne Inerte, carne útil.


Se llena mi pecho de algo que no entiendo

Salado, espumoso

grito, voz opaca

miedo al silencio y callo.