La barca está esperando,
las monedas estuvieron siempre en mis dedos.
Pongo dos sobre mis ojos,
suelto los remos
Ya no quiero verme más solo en el espejo.
Quiero verte a ti
certeza,
tenerte las manos y romperlas.
Debes creer que esto es inútil;
el látido es mío solo al perder el aire,
me pongo el nombre con el último aliento.
Decido no tener memoria,
para olvidar tendría que saber de tu perfume.